Cuchulain (Extraído de textosmagicos.com)

"Sus hazañas le ganarán el aprecio de los hombres y estarán en boca de todos. Reyes, sabios y guerreros cantarán sus alabanzas, pues este niño vengará las injusticias que los afligen, luchará en sus combates y paliará sus necesidades."

miércoles, 9 de febrero de 2011

Túnez, a 9 de febrero de 2011

Ayer se celebró en alicante la Mesa Redonda que hace unos días anunciaba en este mismo blog y a la que estaba invitado para hablar de Túnez. En realidad, pude hacerlo de manera virtual, es decir, grabé un video con una intervención de unos 15 minutos donde di unas pinceladas sobre lo ocurrido durante la Revolución de los Jazmines. Pero lo que no pudo ser debido a la mala conexión que tengo en internet fue que, mediante Skype, pudiera asistir mediante multiconferencia a la misma. Me consta que fue una noche en la que las aportaciones y análisis sobre el tema tratado fueron bastante aclaratorias, donde el debate y las intervenciones corrieron de la mano de expertos como Hany El-Eryan (profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante); Chakib Benafri (profesor de la Universidad de Argel) y, coordinando la Mesa Redonda, el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, Luis F. Bernabé.

Yo, por mi parte, voy a aportar unos pocos más de datos sobre la situación de estos días.
He comentado en varias ocasiones que en Túnez se vive en un estado de aparente normalidad. digo aparente porque no se puede hablar de estabilidad completa cuando hace menos d eun mes que su presidente fue derrocado y, con él, todo un sistema. No voy a ponerme a hablar ahora mismo sobre la revolución en sí y lo que ésta busca, pues eso es tema ya tratado, sobre todo, en la Mesa Redonda de anoche.

Yo, lo que me limitaré, será a los hechos de que, por mucho que un país quiera volver a la normalidad, al día día, después d elo ocurrido, todavía falta mucho camino por andar. ¿Por qué? No hay que olvidar que un país donde el régimen basó sus seguridad en un cuerpo policial compuesto por más de 100.000 efectivos (sí, habéis leído bien: hay 1 policía por cada 100 habitantes) y, por mucho que pese, dentro de este cuerpo hay todavía una parte nada desdeñable de seguidores del antíguo régimen. Por otro lado está el ejército, el máximo garante de la propia revolución y de la estabilidad de esta "tambaleante" transición. Un ejército que cuenta con unos 35.000 efectivos, más reservistas y conscriptos. Ayer mismo se decretó que los reservistas acudieran a filas para reforzar al ejército y la seguridad que brindan en las calles (de la capital), al mismo tiempo que se daban plenos poderes al presidente interino, para poder gobernar por decreto y evitar que las leyes se tengan que aprobar en un Parlamento donde, de los 214 escaños, 161 están ocupados por miembros pertenecientes a la Agrupación Constitucional Democrática, antiguo partido de Ben Alí, y cuyas actividades fueron suspendidas en domingo por el gobierno interino.

Ayer, al medio día, se escucharon disparos en el centro de la ciudad, pero no se ha dado mayor difución al hecho. Esta mañana (y en estos momentos), el helicóptero de la policía ha estado sobrevolando en círculos, vigilando. Como uno no se puede estar quieto, he salido y, como hablar de política ya no es tabú (ese ha sido un gran cambio), unos tenderos me comentaban que han habido algunas detenciones de miembros partidarios del presidente huído (en la calle se les conoce por el nombre de "mafia") y que la policía sobrevolaba los cielos para mantener una mejor vigilancia de las calles donde pudieran concentrarse personas y poder así dar más seguridad a un pueblo que solo quiere volver a la normalidad dentro de una transición pacífica.



Digo dentro de una transición pacífica, pero no hay que olvidar que ahora es la época de las reformas, de pedir y cambiar. El ejemplo claro (y que conozco mejor porque lo estoy siguiendo de cerca) son las reivindicaciones de todo el claustro de profesores del Instituto Bourguiba, uno de los más importantes en lo que a enseñanzas de lenguas se refiere en todo el mundo árabe. ¿Qué reivindican? Pues derechos, dignidad laboral: sometidos a la arbitrariedad y precariedad laboral, les están obligando en estos días a trabajar para recuperar el tiempo perdido sin recibir remuneración alguna, bajo la amenaza del director de expulsarlos. Esto, dicho así, parece no decir nada, pero si añado un "el director fue puesto por el antiguo régimen" y sigue actuando como si todavía estuviese respaldado por éste, amenazando con hacer cosas que, en principio, serían competencia del Ministerio de Educación pertinente. Es en estos casos donde se nota todavía esa "contaminación" que tardará tiempo (no voy a decir ni poco ni mucho, pues todos conocemos casos de transiciones donde, después de muchos años, las viejas formas todavía redundan) en ser erradicada.

Y es eso lo que ahora mismo se está reivindicando en las calles.

Los últimos sucesos en el Kef y la Kalibia no son más que eso: se pide que se destituyan a todos esos mandos, puestos importantes, ejercidos por miembros que de alguna manera han sido protagonistas directos o titerizados por el anterior régimen. ¿Qué pasará en los próximos días? El pueblo tunecino solo sabe que no quiere conflicto, no quiere vivir lo que está pasando en Egipto. Pero tampoco quiere dejar que la mafia comience a imponer sus reglas. Y ese es el trabajo de este gobierno interino y del ejército: impedir que estos perturbadores de la transición comiencen nuevas revueltas y desestabilizaciones.

Por ahora, el país intenta volver a la normalidad. Y que así sea por mucho tiempo (por la cuenta que me trae).


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Algunos enlaces sobre la Mesa Redonda de ayer:

Enlace 1
Enlace 2

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