Cuchulain (Extraído de textosmagicos.com)

"Sus hazañas le ganarán el aprecio de los hombres y estarán en boca de todos. Reyes, sabios y guerreros cantarán sus alabanzas, pues este niño vengará las injusticias que los afligen, luchará en sus combates y paliará sus necesidades."

jueves, 27 de enero de 2011

Pensamientos de un treintañero que sabe poco de estos temas...

Revolución.

Cambio.

Son dos palabras que, desde los acontecimientos vividos en Túnez, no dejan de sonar en mi cabeza. No, no penséis mal. Me explico. Los días que pasé allí en Túnez, alejado de nuestra inmunda política, pude ver desde la lejanía que no somos más que un país de putas y panderetas (o cabrones y zambombas, como se quiera ver).

Cuando la noche en la que salí de Túnez, donde la agitación era palpable y el nerviosismo se podía cortar en el aire, y llegué a Barajas y salí a la calle, donde una calma mayestática envolvía la capital (sí, habéis leído bien: calma, en la capital, en comparación al ‘ruido’ que acababa de pasar), donde, al llegar a la Estación de Atocha, después de 48 horas sin dormir, la ‘guardia de seguridad’ no te dejaba dormir en la sala de espera del tren por ser una ‘imagen improcedente’, donde al llegar a casa solo descubro (de nuevo) que lo único que preocupa a este país es el Gran Hermano, las tapas y el fútbol; solo entonces me di cuenta de que, ya no las generaciones que me sacan veinte años, sino el resto de los españoles, la juventud y los que estamos en ese umbral entre la juventud y la madurez, estamos totalmente apagados, aletargados, azombinados.

jueves, 20 de enero de 2011

Y la Embajada Española en Túnez, ¿qué?


Esa es la pregunta que todos los españoles que estuvimos en Túnez entre el 13 de enero y el 16 de enero nos haciamos.

El día 11 de enero, viendo que la situación en el país se ponía tensa, decidí ir a dar la cara a nuestra Embajada, porque tenía entendido que en caso de conflictos, revueltas (es decir, lo que se montó allí), la Embajada es la encargada de ofrecer ayuda a sus nacionales fuera de territorio español. Me personé allí, me inscribí en el Registro Consular como Residente (es decir, los papeles que la funcionaria de la Embajada me hizo rellenar, a pesar de que le dije que iba a estar solo una temporada no superior a 80 días) y le pregunté sobre los acontecimientos.

martes, 18 de enero de 2011

Un paseo por el Túnez revolucionario... in situ.


Lo que empezó siendo un viaje por estudios, se convirtió en una salida atropellada del país. Para mí, todo comenzó el día 2 de enero, día en el que dormí por primera vez después de muchos años, en ese país. Las noticias que se daban de los acontecimientos de los últimos días, nada hacían presagiar lo vivido en las últimas horas. Por lo menos, no las noticias locales, amañadas por un régimen moribundo.

Los primeros días allí transcurrieron con normalidad: las calles estaban abarrotadas de gente que compraban, paseaban, disfrutaban de los buenos días que el sol ofrecía. El centro comercial del barrio de La Fayette, el Champion, se llenaba todas las tardes de jóvenes y no tan jóvenes que disfrutaban de la tarde comprando ropa o, simplemente, saliendo a comer y a cenar en los puestos de comida del lugar. El Instituto Bourguiba, dos calles paralelas a este centro comercial, iba llenándose poco a poco de estudiantes de todos los países que venían a realizar sus estudios de idiomas a este país, sin sospechar en ningún momento que una semana más tarde tendrían que hacer sus maletas y salir corriendo del país.